sábado, 8 de agosto de 2015

Lluvia de barro sobre Madrid

Lluvia de barro en Madrid, agosto 2015
Llevamos con una super ola de calor desde el 26 de junio en España. Y estamos ya a 8 de agosto. En muchos territorios las temperaturas medias han subido hasta más de dos grados durante el mes de julio, convirtiéndolo en el más caluroso desde que se tienen registros sistemáticos, hace más de 150 años.

En esta isla de calor que es Madrid, durante estas interminables semanas, apenas han caído cuatro gotas, literalmente, pues las nubes de lluvia que cubrieron una parte del cielo durante menos de 48 horas descargaron sólo unos cuantos goterones, ya que la mayor parte de la lluvia se evaporaba mientras caía desde las nubes debido al intenso calor.

Hoy, durante la madrugada del 8 de agosto, me despertó la lluvia en el norte de la ciudad, pero debido a lo inusual del meteoro, pensé en quizá una ilusión auditiva. Esta mañana, el suelo de mi terraza y la tumbona entera amanecieron cubiertas de polvo con las huellas gruesas de agua de lluvia.

Nunca había visto tal cantidad de polvo tras la lluvia, y pensé incluso en salpicaduras desde el suelo, pero no podía ser, porque regué intensamente la terraza el día anterior y había huellas inequívocas. Además, frotando con el dedo no se quitaba, y apenas después de regar a presión.

Un tono amarillento tomó el agua que se escurría hacia el sumidero después de volver a regar la terraza. Realmente lo que había pasado es el fenómeno conocido como “lluvia de barro”, que ocurre cuando el polvo en suspensión que proviene del desierto del Sáhara es arrastrado hasta la tierra por la acción de la lluvia.


Cosas del cambio climático o simplemente de la variabilidad atmosférica

En España existen casi 80 grados centígrados de diferencia entre el valor más alto y el más bajo de los que se tiene constancia científica, a través de los registros de temperatura atmosférica a nivel del suelo.

La temperatura más baja que se ha registrado en nuestro país corresponde a la ola de frío de febrero de 1956. Por aquellos tiempos en muchos lugares la temperatura bajó de los 20 grados bajo cero, pero en el embalse de Gento (Lérida) situado a más de 2000 metros de altitud sobre el nivel del mar, la temperatura bajó de forma oficial a los -32,0º C el día 2 de febrero.

Se cree que en otros puntos más altos del Pirineo la temperatura pudo llegar aquella madrugada hasta los 40 grados bajo cero.

El récord de temperatura mínima más baja correspondiente a una capital de provincia se dio en Albacete, con un registro que llegó hasta los -24º C el 3 de enero de 1971.

Por encima de los 47º C sí que hemos estado.  De forma oficial el 4 de julio de 1994 en Murcia se alcanzaron los 47,2º C. Córdoba y Sevilla comparten la segunda plaza con un registro de 46,6º C, que en ambas ciudades se registró en la ola de calor de 1995.

Otras impresionantes temperaturas fueron:

49,8º C en Sevilla el 11 de julio de 1873

47,5º C en Masca (Santa Cruz de Tenerife) el 17 de julio de 1978.


Enlaces

Temperaturas extremas registradas en España











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