domingo, 15 de febrero de 2015

Una tienda nueva para un nuevo concepto de tienda

Pepita & Grano

Lo malo de descubrir algo que entusiasma es que tienes tendencia a repetirlo allá a donde vayas. Esto me ha pasado a mí con el retruécano del título, una palabreja que ¡repámpanos! sigue vigente en el diccionario de la RAE.

No ha corrido la misma suerte, sin embargo, la susodicha "repámpanos", huérfana de padres putativos en la Real Academia de la Lengua Española, que no la acoge, como tampoco a "recórcholis" ni "recáspita", lo cuál es la repanocha que ésta última palabrera sí que esté, sin explicarse uno bien por qué ni cómo.

Pues volviendo al título, en una de mis idas y venidas desde Cofares en Chamberí para una cita de romántica nostalgia, descubrí Pepita & Grano por su escaparate.

Es ésta una tienda con el concepto que se lleva ahora: destacar el producto sobre el continente, volviendo a la pureza de las tiendas de antaño, sin decoración, pero con unos productos a tal precio que puede hacerse negocio.

Hoy, desgraciadamente, el llevarse en el morral unas lentejas de La Armuña, unos garbanzos pedrosillanos del mismo pueblo o unas judías de El Barco es un ejercicio de sabiduría ... de saber cómo pagarlo y de encontrarlos ...

Pepita & Grano
Por contra, la tradicional ignorancia del común de los madrileños de qué es calidad en los alimentos está pasando lentamente a ser sana exigencia en quienes puedan pagarlo bien.

Ante la invasión de legumbres de Méjico, Canadá y Estados Unidos envasadas por empresas españolas que llevan a equívocos, en Pepita & Grano ofrecen etiqueta negra nacional.

El granel no ofrece equívocos del origen por sus carteles y su aspecto, si bien se echan de menos más garantías en los sacos, pues hay garbanzos pedrosillanos cultivados en Sevilla o lentejas de La Armuña cultivadas en León que estarán la mar de buenas, pero cuyo origen no es el primigenio, como lo es la provincia de Salamanca.

Tal vez alguno pase a sorprenderse, pero si recordamos que la misma uva tempranillo cultivada en La Rioja o en la Ribera del Duero o en California sabe del todo diferente, entenderá qué quiero decir.


El diseño de la tienda es excelente, y el concepto y la amabilidad de la dueña, también.

Algo está cambiando en el comerciante de Madrid después de la crisis, forzado a exigirse más, a investigar más, a buscar nuevos canales de comercialización.

Con el auge de panaderías con café y pizzerías hemos ganado en Madrid una nueva oferta, mientras el bar del aperitivo tradicional y la cafetería de acero inoxidable y papelucho en el suelo se caen.

Por otro lado, la aparición de nuevas tiendas como Pepita & Grano nos redescubren los sabores más potentes y sugerentes que nacen directamente de esta tierra ibérica.





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