sábado, 19 de julio de 2014

El Atazar: caminos de agua y basura

Embalse de El Atazar desde un mirador
El legado del Siglo XXI
06/07/2014

Introducción

El paisaje de la provincia de Madrid en 2014 poco se parece al de hace 70 años. La ausencia de grandes superficies de agua y bosques nos ofrecía un paisaje semiárido con bellos bosques galería como reductos botánicos y faunísticos. Hoy, en cambio, los grandes embalses construidos como el de San Juan (1955) sobre el Alberche y El Atazar (1972) sobre el Lozoya, y los bosques repoblados en las sierras, han cambiado muchos microclimas de manera muy notable, han dulcificado el paisaje y reducido el carácter extremo de las temperaturas regionales.

La densidad de población tampoco es la misma y ésta está muy necesitada de espacio de ocio cercano.  Hoy la sierra de Guadarrama y sus cursos de agua como el Lozoya y el Manzanares sufren grandes presiones humanas, sin embargo el embalse de El Atazar está infrautilizado.


Presa de El Atazar. Al fondo, el pueblo.
El mar de Madrid

El embalse de El Atazar se encuentra situado en el entorno de la llamada Sierra Pobre de Madrid. La construcción del embalse destruyó valiosos enclaves faunísticos, botánicos y paisajísticos del río Lozoya, y ha creado otros nuevos con especies alóctonas y perniciosas.

También aisló poblaciones, hoy casi incomunicadas entre sí, con largas distancias por carretera entre ellas. Fue el caso de la carretera entre Cervera de Buitrago y El Atazar, sepultada bajo las aguas.

Recuerdo las paellas y las piraguas de hace pocos años en Cervera de Buitrago, aprovechando una aceptable instalación náutica, quizá la mejor de Madrid. Hacia allí íbamos, pero una deficiente información en Internet nos encaminó hacia el pueblo de El Atazar, el mismísimo fin del mundo en Madrid, con una carretera de punto final.


Iglesia de Santa Catalina (S. XVII)
Llegar a El Atazar

Si vas por carretera hasta el pueblo de El Atazar, procura que haga buen tiempo, pues el camino es sinuoso y la lluvia y la niebla pueden dificultar mucho la excursión. Se llega desde Madrid tomando la A-1, hasta Torrelaguna y después de pasar Patones de Abajo.

Podrás admirar una bella panorámica de la presa desde un par de miradores junto a la carretera. El día de esta visita el embalse estaba casi lleno, al 90% según la información de los periódicos digitales, ofreciendo el magnífico aspecto de un enorme y extraño lago.


El pueblo

Hay que pasar por encima de la presa para llegar hasta el pueblo, en todo lo alto de un cerro. La entrada está cementada y una decoración transversal de pizarras irregulares sobre el pavimento nos hace aminorar la marcha. Una bonita iglesia, algunas casas con rosales y un entorno cuidado nos animaron a explorar más allá.

El día era malo para navegar, así que nos conformamos quedándonos a comer en la plaza unos buenos platos combinados.

Mylabris quadripunctata sobre Cynara spp.
Junto a la iglesia hay un asador rústico cubierto de hiedra con precios elevados, que ese día no nos pudo cobrar con tarjeta por fallos en la conexión telefónica. Tampoco tenía pan.

En el bar-restaurante de al lado los precios son más moderados y la carne también la hacen a la brasa. Elegimos una ensalada y un combinado de huevos, patatas fritas caseras y lomo adobado. Con la ternera fallamos, quizá poco hecha y algo dura.

Casa en El Atazar
Se trata de un pueblo con pocos recursos económicos debido a su pequeño tamaño y aislamiento, pero está cuidado y se nota el interés de sus habitantes en ello. Paseamos hasta el cementerio, flanqueados por ciruelos fructificados, nogales, cerezos, ... sin embargo no todo sería así de idílico.

En el bar nos recomendaron ir a la zona del club náutico Juan Gil; allí empezó nuestra visión de pesadilla.


El club náutico Juan Gil, un fantasma en El Atazar

El club náutico Juan Gil está a pocos kilómetros a la derecha de la carretera hacia Madrid. Dejamos el coche a la entrada, junto a dos contenedores de basura, y nos dispusimos a caminar.

A los pocos cientos de metros, entre pinos, lo primero que nos encontramos fue un merendero invadido por la espesura de su propio jardín abandonado, con especies de jardín asilvestradas, como unas chumberas. Había periódicos con muchas ofertas de empleo de finales de los años noventa, una época ciertamente boyante en la que quizá se construyó. Después seguimos bajando la carretera.

Ailanto y encina
Por allí vimos grandes encinas dispersas, junto a una de las cuáles ya crecía un feo invasor vegetal: el conocido ailanto. Pero también encontramos un ejemplar solitario de chinche rayada (Graphosoma lineatum) junto a la cuneta.

Como llevábamos nuestra bolsa amarilla de desperdicios, íbamos recogiendo algunas latas y botellas tiradas en la cuneta, pensando que tampoco parecía un lugar muy frecuentado ni sucio.

Pero al finalizar el camino llegamos a un terraplén en medio de la carretera, como para evitar entradas de vehículos. Unos metros más allá, la verja de entrada era como en el desastre de Annual: patético, mísero y sobrecogedor. 

Destrozos en el tejado
Bellas construcciones de estilo rústico saqueadas, con las puertas arrancadas, los colchones tirados por todas partes, cristales rotos, pintadas, … y cientos y cientos de envases de cervezas y refrescos.

Las instalaciones mecánicas para el arrastre de barcos de recreo estaban destrozadas como en un asalto de enloquecidos ignorantes. Barbacoas, kiosko, asador, portacanoas, … todo aniquilado.

Una juventud vandálica y desnortada que no sabe ponerse de acuerdo más que para beber, pero que no son capaces de hacerlo para mantener limpio el lugar donde ponen sus culos, y simplemente vaguean esperando la paga y la subvención de sus mayores.

El club náutico Juan Gil, en 2014
Son los mismos que gastan su poco dinero en gasolina, coches y bebidas para destrozar unas caras instalaciones que no se merecen y a la vez piden empleo en una sociedad en la que no tienen cabida por asociales. Y también son los mismos que se cargaron la cercana cueva del Reguerillo, donde llegaron a arrancar las pinturas rupestres y acumularon basura en su interior en señal de cómo ha evolucionado el Hombre. 

Vandalismo juvenil
Tampoco las instituciones hacen su trabajo. Por allí no vi guardias civiles ni sus precintos, ni tampoco el ayuntamiento recoge la basura generada, ni hay contenedores, ni nada de nada … Está todo literalmente abandonado a su suerte, a la muy mala suerte.

La carencia de sensibilidad ecológica, social o tan siquiera estética de unas personas que no son ogros ni extraterrestres, abruma por su insolencia. Pero la incapacidad y el olvido institucionales asquean igualmente.

Valgan este texto y estas imágenes para ilustrar la desidia de las autoridades madrileñas y estatales en este asunto y la cerrilidad de los que viven por la zona o llegan desde lejos, y se cogen un coche para ir a beber y destrozar un bello paraje y unas instalaciones que se les hicieron para sacarlos de la pobreza a través del monocultivo del turismo.

Hoy su futuro es tan descorazonador como sus actitudes.



Portacanoas


Asador


Porche caído


Fauna y flora en El Atazar


El cardo borriquero
Los cardos de los géneros Onopordum y Sylibum se parecen bastante al género Cynara. Así, el cardo borriquero o toba (Onopordum acanthium) es similar al cardo mariano (Sylibum marianum) y al alcaucil o alcachofa silvestre (Cynara cardunculus). El ejemplar de la foto de arriba creemos que pertenece al género Cynara.

Por otro lado, entre los insectos, el género Lachnaia tiene especies similares al género Mylabris. La especie que está alimentándose sobre la Cynara de la foto anterior creemos que se trata de Mylabris quadripunctata. La encontramos en una solana cercana al cementerio de El Atazar.

Hay varias especies similares al escarabajo meloideo (Mylabris quadripunctata), como son: Mylabris (Micabris) maculosopunctata,  M. beauregardi, Lachnaia pubescens y L. tristigma.


Enlaces botánicos

Especie similar: Sylibum marianum

Imagen de cardo mariano (Sylibum marianum)

Coslada y COFARES contra la alcachofa silvestre


Enlaces entomológicos


La chinche rayada (Graphosoma lineatum)

El escarabajo meloideo (Mylabris quadripunctata)

Taxonomía y distribución de Mylabris maculosopunctata y M. beauregard


Crisomélidos de la Sierra de Guadarrama

Chrysomelidae. The Leaf Beetles of Europe and the Mediterranean Subregion



Ruta al club náutico Juan Gil desde El Atazar
El Club Náutico Juan Gil

No he encontrado información precisa sobre la inauguración y funcionamiento del club náutico Juan Gil, pero en 1993 era aún un proyecto, en 2001 estaba todavía en funcionamiento y ya en 2011 se encontraba abandonado.

El baño y la navegación a motor están prohibidos en todo el embalse, no así la navegación a vela o a remo.

Urge un plan de recogida de basuras y de prohibición de acceso total a vehículos en el camino al club náutico.


Enlaces club náutico Juan Gil

Los pueblos del embalse en 1993, antes del plan de desarrollo


Rutas por el entorno de El Atazar


Senda Genaro, libro guía.

Senda Pisanchón y Quemao Viejo

Gestión del Plan de Dinamización de la Mancomunidad del Embalse del Atazar 2006-2009


Ecología en El Atazar

Basura en el pantano de El Atazar

Bañistas y visitantes vierten basuras en el Atazar


Otros enlaces

Un vertedero llamado La Pedriza



6 comentarios:

Pepe dijo...

Que pena me ha dado ver las fotos de como ha quedado el área recreativa Juan Gil.
Hace 23 años de chaval estuve allí de campamento. ¿Que ha pasado? ¿Como han permitido ese abandono y ese vandalismo?

El Zenobita dijo...

Es muy propio de nuestras administraciones pagar caras instalaciones con nuestro dinero para ganar las elecciones y no saber mantenerlas por lo efímero de los gobiernos municipales y la carencia de actitudes ciudadanas.

Se construyen parques para niños pero no se emplean recursos para limpiarlos y debido a la falta de educación social y solidaridad de las personas todo se deteriora más rápidamente.

En el colegio son necesarios menos conocimientos teóricos y menos campamentos y más conocer a qué se dedican los impuestos de sus padres y hacer obligatoria una asignatura en la que se hagan prácticas recogiendo la basura que tiran los demás.

Y por supuesto, el ayuntamiento de El Atazar y la Comunidad de Madrid deben encargarse de sanear esa zona, porque es una vergüenza que nos sonroja a todos.

Unknown dijo...

ayer estuvimos, no llegamos ni al final del camino donde están las construcciones, estaba tomado por una acampada de hippies-punkies puestos hasta las cejas, con musicote atronador y todo sucísimo, el ambiente peor imposible, no llegamos hasta el final porque daba asco y hasta miedo lo que había por allí, increible que se permita esto en un enclave natural tan bonito.

El Zenobita dijo...

Es una zona preciosa que se está asilvestrando por el abandono, y corre riesgo de incendio debido a los borrachos y tipejos que hay por allí.

Tampoco creo que sea recomendable la visita si no es para constatar que es uno de los sitios más desafortunados de Madrid, y eso que estoy pensando también en la subida a La Pedriza.

Para paliar en alguna medida el regusto amargo, os propongo el siguiente enlace:

El Atazar, una excursión náutica con paella

Parra_elpelines dijo...

Ahora esta bastante peor. Estoy buscando información porque es alarmante. Es un nido de infección.

Parra_elpelines dijo...

Estuve hace 6 años y me quede impactado el otro dia cuando volví a ir. Me asome a las casas porque escuchaba un zumbido. Es un basurero lleno de moscas. No entiendo que hace aquello así....