miércoles, 21 de noviembre de 2012

La envidia como origen de la fractura de España

Apuntes sobre la crisis en España, sus causas remotas y sobre la envidia de los modelos alemán y finlandés o de cómo el Gobierno provoca desesperación y alcoholismo.


Es muy difícil atribuir causas claras y concretas a un problema complejo como el de la crisis en España. Pero es necesario detectarlas y ceñirse a las básicas para propiciar el cambio, y hasta para pilotarlo.

Es verdad que en los sistemas llamados familiares, cuando existen problemas es dificilísimo resolverlos. Y eso que son sólo unas pocas personas. Pero nos servirá de ejemplo para extrapolarlo a toda una sociedad podrida como la nuestra. "El problema" puede estar en la suegra que vive lejos pero incordia (será un problema exógeno) o en el niño que con sus demandas de regalos y amor altera el normal desarrollo de la familia. O también en el marido que ha perdido el empleo y se encuentra ocioso y deprimido, ambos problemas endógenos.

El marido de nuestro ejemplo es un pequeño empresario que tiene una cafetería de barrio. Su mujer ha dejado hace años de trabajar en la misma para evitar tener que darse de alta como autónoma y pagar las tasas mensuales. Así que buscó trabajo de cajera en un super por las mañanas. Esto le permite estar con su hijo por las tardes, pero una chica a la que paga por horas le va a recoger al niño del cole.

El niño no puede trabajar con el padre en la cafetería porque es menor de edad. Lejos están los tiempos en los que ese padre ayudaba a recoger vasos y limpiar mesas a su progenitor -el abuelo- con lo que la cafetería funcionaba de maravilla. Hoy, en cambio, sin la ayuda de su mujer y su hijo, el padre ha debido contratar a un filipino de manera solapada para no tenerle que pagar a un camarero español una cifra mayor. Al filipino, que exporta mucha parte de sus ganancias a Filipinas, le parece un sueldo adecuado.

Pero la Ley le obliga ahora a tenerlo como trabajador "legal" y esto permite a su vez al trabajador permanecer en España legalmente. Pero además, el precio de la electricidad ha subido por la moratoria nuclear, el ayuntamiento le obliga a insonorizar, a cerrar antes y muchos de sus clientes han perdido el empleo, así que los ingresos han bajado mucho.

 "Los precios han subido" y los salarios apenas. Cosas del euro, del que Rajoy, en alarde de su afición por la ocultación dijo hace años, de ministro, "los precios con el euro no tienen porqué subir".

Así que los españoles que acuden a su cafetería sólo se toman una caña. Y los del bar de al lado, otra, y sólo ya en un bar, cuando antes la costumbre madrileña y española era "ir de bar en bar".

Pero el sagaz padre ha ideado que para ahorrar debe dejar de dar pinchos gratis. Está con la aplicación apenas un mes, pues recibe críticas y ha perdido parte de su exigua clientela. Vuelve entonces a los pinchos gratis y con una idea nueva: quiere que sus clientes se queden más tiempo.

Por eso pone en práctica eso de "los cubos", algo importado de los pub irlandeses, que no es otra cosa que un cubo de zinc repleto de cubitos de hielo y 6 botellines. Así también la gente bebe más, claro.

Ahora tiene nuevos clientes adolescentes, pues a los de siempre no les gusta la idea tan chorras. Salen borrachos de su local y su relajación debida a los efluvios etílicos les afloja la vejiga y les impide modular la voz ... resultado jaleo por el que hay que llamar a los esbirros del ayuntamiento: más gasto. Tampoco les apetecerá luego estudiar.

La basura también aflora en forma de lata, porque los avispados chinos ambulantes ven un filón en ofrecer más cerveza a los que salen de los bares, ya cocidos, y dispuestos a completar la noche. Los chinos se benefician de los chicos y además sacan los beneficios fuera.


¿A dónde quiero llegar?

Las leyes que han aprobado los políticos para armonizarnos con Europa han jodido España.

Los inmigrantes han venido por la desregulación del mercado y luego se les regula para quedarse, pero el dinero lo mandan fuera: quitan un puesto de trabajo y lo que ganan no se reinvierte aquí. La matemáticas económicas mandan.

El Estado quiere que los niños dejen de trabajar y que todos los trabajadores coticen, pero no genera más que puestos de cajera de super, porque las grandes empresas se han deslocalizado o vendido a multinacionales extranjeras que luego han decido volver a deslocalizar.

El Estado no quiere nucleares, pero compra fuera electricidad a países que sí producen energía nuclear (Francia), la luz entonces sube. Luego machaca con normativas "europeas" de protección del descanso a las pymes, que cuestan dinero, pero no ayudan a ganarlo. Normas "europeas" con sueldo africanos.


¿Pero dónde está el problema?

No lo ven: está en la energía y también en el exceso de regulación.

Nadie se atreve a montar una empresa en España por el marasmo que causa el requerimiento administrativo.

Ahora ya no se puede pagar en metálico más de 2.500 euros, con el objetivo de evitar el fraude, "cree el ladrón que todos son de su condición". Esto favorecerá el control y ¡a los bancos! que recibirán más operaciones. Qué raro ¿no?

Esto nos lleva a otro gran problema: los bancos, a los que estamos obligados a dejar nuestras nóminas cada primeros de mes y sin ningún beneficio. Así, por huevos.


Las claves

1.-Una energía cara y dependiente del exterior debida a la autorrenuncia nuclear.

2.-Un exceso de regulación administrativa impuesta por Europa y por ayuntamientos y autonomías, más papistas que el Papa.

3.-Destrucción del tejido empresarial por presiones de Europa y desidia.

4.-Falta de apoyos reales a la creación de pymes y que estas crezcan.

5.-Inmigración excesiva y que no aporta conocimiento.

6.-Fuga de capitales de inmigrantes, empresas extranjeras y adinerados.

7.-Soluciones degradantes al anterior statu quo social (alcoholismo).

8.-Represión violenta del descontento social.

9.-Descontrol del poder central sobre las actuaciones de las autonomías, ayuntamientos y Bruselas.

10.-Corrupción política en conveniencia con los bancos.

Estos diez mandamientos se resumen en dos: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. O lo que es lo mismo, pero al revés: la falta de esperanza, el resentimiento al de al lado y el complejo de inferioridad.

En Alemania a los niños se les encargan tareas de vigilancia del orden y del tráfico en los colegios, poniendo chalecos reflectantes a esos niños, que ejercen ya a temprana edad control y represión, perpetuando el sistema e introyectando valores. No deberíamos llegar a eso. El estado actúa y manipula.

En Finlandia, la ocupación profesional de los padres descuida a los niños, que permanecen mucho tiempo en los colegios y sus actividades complementarias, como deporte, ... quedando los niños y adolescentes solos una parte muy importante del día sin contacto con la familia. No deberíamos llegar a eso. El estado actúa y manipula.

Envidiar situaciones de otros países debe llevarnos a preguntarnos sobre sus estructuras sociales, macroeconómicas y microeconómicas. Y los políticos que mandan en España se han cargado las estructuras sociales del país para seguir unos modelos, sin modificar las estructuras educativas y económicas. Lo que ha sucedido, sencillamente, es la quiebra de las sociedad por querer seguir esos modelos, que va a llevar a la quiebra al Estado y a la desesperación a todos los españoles.